Un efecto calmante… incluso para dolores y molestias menores
Otra sorpresa: el ajo caliente puede ser un aliado inesperado contra dolencias menores, sobre todo las que afectan a la boca. Un truco clásico es aplicar un diente ligeramente carbonizado (¡y frío!) en una zona sensible de la boca, como las encías. Su tacto suave, combinado con sus ingredientes activos naturales, proporciona una sensación calmante rápida y natural .
Por supuesto, hay que tener cuidado de no aplicar nunca el ajo mientras todavía esté caliente, ni de utilizar este método como sustituto del consejo médico si las molestias persisten.
Un ambiente propicio para la relajación
En algunas culturas, quemar ajo no solo se trata del efecto físico. También se cree que su aroma tiene propiedades relajantes. Al crear una atmósfera relajante, puede promover la relajación, la concentración o incluso la meditación. Es como encender una vela aromática... pero de forma natural y tradicional.
¿Cómo puedo probar este método en casa?