Ocupaba un lugar de honor en nuestros estuches escolares, tan familiar como nuestra pluma estilográfica favorita. Mitad rosa, mitad azul, esta goma de borrar bicolor dejó huella en toda una generación. Pero seamos sinceros: ¿quién no ha intentado borrar tinta con la parte azul... y ha acabado con un agujero enorme en el papel? ¿Y si todo se debió a un gran malentendido? ¡Atención!: ¡Estás a punto de redescubrir un objeto cotidiano bajo una luz completamente nueva!
Lo que todos creían… pero es falso
Durante años, el rumor corrió como la pólvora por los patios de los colegios: la goma de borrar azul era el secreto para borrar los garabatos. Un poco mágico, un poco misterioso, pero sobre todo… muy decepcionante.
¿En la práctica? Hojas arrancadas, frustración y dibujos garabateados sacrificados en nombre de la experiencia.
La realidad es mucho más matizada. Esa famosa parte azul nunca fue diseñada para borrar tinta. Absolutamente nunca.
El verdadero papel del borrador azul (y es ingenioso)
¿A qué se debe esta peculiar textura granulada? A diferencia de la parte rosa —suave y delicada, perfecta para papeles finos—, la goma azul contiene partículas abrasivas, parecidas a la piedra pómez.
