Regla de oro:
Elige UNA hora para dormir y OTRA para despertar.
Pónlas en el móvil con alarma doble.
En 9 días tu cuerpo pedirá la cama solo, como cuando tenías 20 años.
🍫 3. Cenas tardías: la bomba digestiva que explota a medianoche
Unas patatas fritas “de aperitivo” a las 10 p.m. = reflujo, azúcar disparado y despertares cada 90 minutos.
Truco infalible:
Cierra la cocina a las 19:30.
Si el hambre aprieta, toma 6 almendras + 1 plátano pequeño.
Fibra + triptófano = sueño profundo sin acidez.
💊 4. Pastillas para dormir: el préstamo que pagas con tu memoria
Cada comprimido te roba equilibrio, claridad y aumenta 4 veces el riesgo de caídas nocturnas.
Alternativa natural (aprobada por geriatras):
Magnesio bisglicinato 200 mg + infusión de pasiflora.
30 minutos antes de acostarte y tu cerebro se apaga como luz con interruptor.
😴 5. Siestas maratonianas: el robo de presión nocturna
Más de 30 minutos después de las 15:00 = cero ganas de dormir a las 23:00.
Protocolo NASA (sí, el de los astronautas):
20 minutos exactos entre 13:00 y 14:30.
Pon alarma. Levántate aunque quieras seguir.
Tendrás un “segundo amanecer” de energía.
☀️ 6. Mañanas sin sol: el interruptor que nunca enciendes
Sin luz natural, tu cerebro cree que siempre es medianoche.
Melatonina a destiempo = sueño ligero y depresión silenciosa.
Rutina de 7 minutos que cambia todo:
Sal al balcón con el café.
Mira al cielo (no al móvil).
7 minutos bastan para programar 8 horas de sueño profundo.
