Cuando hablamos de prepararnos para las vacaciones, solemos pensar en reservar un hotel, hacer la maleta, comprobar el DNI, programar el GPS o asegurarnos de que las plantas se rieguen durante nuestra ausencia. Pero hay un gesto discreto, casi invisible, que podría ahorrarte una sorpresa muy desagradable al volver: dejar un vaso boca abajo sobre un papel en el fregadero de la cocina.
Puede parecer trivial, incluso extraño… Y sin embargo, este consejo, adoptado cada vez por más familias, es recomendado por profesionales y difundido por diversos medios especializados. A primera vista, parece sacado directamente de un tutorial de TikTok o de un manual de la abuela. Pero su eficacia es real y, sobre todo, es sencillo, rápido y gratuito.
El fregadero: un rincón pequeño, a menudo descuidado y arriesgado
Cuando nos vamos de vacaciones, nos aseguramos de cerrar todo con llave, cortar el agua, vaciar la nevera, bajar las persianas y apagar las luces. Pero a menudo olvidamos el fregadero. Sin embargo, puede convertirse en un punto débil importante de la casa durante nuestra ausencia.
En efecto, el fregadero de la cocina está conectado directamente a las tuberías. Y durante periodos prolongados de inactividad, estas tuberías pueden ser escenario de múltiples inconvenientes:
Olores desagradables procedentes de las tuberías.
Insectos (moscas, hormigas, cucarachas) que aprovechan la humedad para subir a la cocina.
Condensación y humedad estancada.
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