¿Alguna vez has notado que algunas personas caminan con las manos entrelazadas detrás de la espalda, como si observaran el mundo con un paso tranquilo y confiado?
Este gesto, a menudo aparentemente inocente, en realidad esconde mensajes sutiles sobre la personalidad y el estado de ánimo de quien lo realiza.
Y según los expertos en lenguaje corporal, a veces dice más de lo que las palabras pueden expresar…
Un comportamiento que irradia confianza y calma.

Caminar con las manos a la espalda es, sobre todo, señal de calma y serenidad. Este gesto abre el pecho, relaja los hombros y transmite una sensación de confianza natural. No implica ensimismamiento ni estar a la defensiva; al contrario, refleja auténtica paz interior .
Esta actitud se observa a menudo en personas en puestos de liderazgo —maestros, gerentes, soldados y líderes— que observan su entorno con una mirada serena y atenta. Inconscientemente, transmiten un mensaje claro: están presentes, disponibles, pero serenos.