Cómo bañarse con demasiada frecuencia puede dañar su salud

Es un ritual tan arraigado como el café de la mañana: nos duchamos para despertarnos, relajarnos o simplemente sentirnos bien. Pero ¿alguna vez has notado que algunas duchas te dejan la piel tirante, el cabello opaco o extrañamente cansado? Pero ¿y si el problema proviene de… una higiene excesiva?

1.Piel privada de protección natural

 Nuestra piel, esa maravillosa capa que la recubre, sabe cómo defenderse. Está protegida por una película lipídica, una fina capa de aceites naturales que la mantiene suave, flexible y radiante. Desafortunadamente, demasiadas duchas, especialmente con agua muy caliente o jabones fuertes, dañan esta barrera protectora. El resultado: piel seca, sensación de tirantez, enrojecimiento o picor.

Consejo:   Elige agua tibia, limita el uso de geles de ducha perfumados y aplica siempre crema o aceite hidratante después de la ducha. ¡Tu piel te lo agradecerá!