Crassula ovata tiene la apariencia de un arbusto con un tallo de color marrón claro, muy ramificado. Las hojas son de forma ovalada, muy carnosas y de color verde claro, a veces bordeadas de rojo. Otra característica de las hojas de Crassula ovata es que contienen una gran cantidad de agua y por eso siempre están muy turgentes. Incluso sus tallos tienen una textura carnosa y se ramifican para crear una copa redondeada.
Exposición
Crassula ovata ama la luz y el calor: por eso aprecia una posición a pleno sol , mejor aún cerca de una pared, para que las temperaturas se mantengan altas incluso por la noche. En cambio, cuidado con las bajas temperaturas, porque esta suculenta no es capaz de soportar temperaturas inferiores a -7 °C.
Floración
La floración de Crassula ovata se concentra entre abril y junio . Sus flores son de color rosa pálido o blanco, con una característica forma de estrella y todas agrupadas en racimos en la parte superior de las ramas de la planta.
Tierra y estiércol
La mejor tierra para Crassula ovata es una mezcla a partes iguales de tierra verde para plantar y arena . En plena tierra, esta suculenta crece bien en suelos arenosos o pedregosos, que aseguran un buen drenaje del agua . En cuanto a la fertilización, durante el período de actividad vegetativa, por tanto de mayo a noviembre, se debe suministrar a la planta un producto específico para plantas suculentas con cantidades equilibradas de nitrógeno, fósforo y potasio y microelementos importantes para garantizar el desarrollo de la planta.
Riego
Crassula ovata debe recibir agua regularmente, siempre que el suelo esté seco en la superficie. Lo ideal es utilizar siempre agua a temperatura ambiente y, preferentemente, recuperada de las lluvias, por tanto agua de lluvia.
Poda
Esta planta es fácil de cultivar (lo dijimos), por lo que no requiere poda. Simplemente quite las ramas secas y las hojas.
Enfermedades y plagas
No particularmente sujeto a enfermedades y parásitos , en el cultivo de Crassulla ovata es necesario prestar atención al riego y su exposición. Demasiada agua puede pudrir el tallo, muy poca agua puede hacer que las hojas pierdan color. En cambio, las corrientes de aire o las bajas temperaturas pueden hacer que las hojas se caigan y que la planta se marchite. Por último, pero no menos importante: cuidado con las cochinillas que deben eliminarse con un algodón empapado en alcohol y agua.