Cuida estas 3 cualidades y ganarás.

En este vasto mundo, inevitablemente te encuentras con personas con las que te cuesta encontrar puntos en común debido a diferencias de personalidad, forma de pensar y perspectiva de la vida. Sin embargo, incluso si sientes antipatía o incluso odio por alguien, no significa que tengas que cortar lazos ni entrar en una confrontación.

Ser duro con los demás, en última instancia, te perjudica a ti mismo. La irritación que surge al pensar en alguien que te desagrada, así como los crecientes sentimientos de celos o resentimiento, destruyen tu propio bienestar. Estas emociones afectan a ambas partes, pero con el tiempo, te agotan.

La forma más eficaz de trabajar con alguien que te resulta desagradable es mantener tres actitudes clave:

1. No escuches lo que pasa, no lo tomes como algo personal.

Mucha gente reacciona exageradamente a las palabras de los demás, enfadándose y preocupándose. Pero eso es como castigarse por los errores de los demás.

Enojarse por las palabras de alguien solo genera conflicto interno. Puede que la otra persona ni siquiera se dé cuenta de que te ha ofendido, y ya estás destruyendo tu propia paz mental. ¿No te pone eso en desventaja?

Cuando te encuentres con alguien que no te gusta, no reacciones de inmediato.
Adopta una actitud de "te entra por un oído y te sale por el otro".

Cuando dejas de preocuparte por lo que hace otra persona, le quitas la capacidad de provocarte o manipular tus emociones. La calma es tu ventaja.

2. Si lo haces hasta el final, si no lo haces no empieces.