Cultiva tus propios dientes de ajo en casa.
Selecciona dientes de ajo enteros y sanos, asegurándote de que no estén rotos ni aplastados.
Coloca los dientes de ajo en una mezcla húmeda para macetas o similar para estimular el enraizamiento.
Mantén la planta en un lugar cálido y luminoso, lejos de la luz solar directa.
Una vez que aparezcan raíces y brotes, trasplanta con cuidado las plántulas a la tierra.
Usa una maceta profunda con buen drenaje y tierra fértil y bien aireada.
Riegue con moderación, manteniendo la tierra ligeramente húmeda, pero nunca empapada.
Esto fomentará un crecimiento estable y la protegerá del frío extremo.