A la hora del desayuno, la mayoría de nosotros queremos algo sencillo como huevos con tocino. Sin embargo, hay un capricho que suele ser controvertido y que acompaña a estos básicos del desayuno: la morcilla. Este es el tipo de comida que puede sorprender e interesar a la vez. Pero ¿qué es esta extraña carne llena de sangre y cómo se prepara?
Como su nombre indica, la sangre es uno de los componentes más importantes de la morcilla. Se puede encontrar en todo el mundo en diferentes formas y tamaños. Es básicamente un tipo de morcilla. A algunas personas les puede parecer extraña la idea de comer sangre, pero el proceso de elaboración de la morcilla es muy interesante y se conoce desde hace muchísimo tiempo.
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Generalmente, se utiliza sangre de cerdo o de vaca para elaborar morcilla. Sin embargo, esta sangre no es fresca, sino seca, lo que le da su característico color oscuro. Se mezcla con grasa animal y cereales como el trigo o la cebada para darle su propia textura y sabor. Esta mezcla de ingredientes es lo que le da a la morcilla su sabor intenso y picante.
Pero ahí no termina la magia. Se añaden muchas especias diferentes para realzar el sabor. Especias y hierbas como la nuez moscada, el clavo, el poleo, el tomillo y otras se incluyen en este grupo. Estas especias no solo le dan al pudín un aroma agradable, sino que también le dan un sabor rico y complejo.
Tras medir y mezclar cuidadosamente todos los ingredientes, es hora de preparar la salchicha. Es habitual envolver la morcilla en una concha natural hecha de tripas de cerdo. Mucha gente podría sorprenderse en este punto. Sí, la morcilla se envuelve en tripas de cerdo. Esto se ha hecho desde hace mucho tiempo en el arte de hacer morcilla.
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