EL MECÁNICO ayuda a El Chapo en la carretera sin saber quién es… Lo que recibe cambia TODO para…

Nadie hace preguntas, nadie sospecha nada. 6 horas después aterrizan en Vancouver. Es abril del 2011. La ciudad es hermosa, limpia, segura, llueve suavemente, el aire huele a pino y mar. Tome un taxi a su nueva casa en el suburbio de Surri. Es una casa pequeña de dos pisos con jardín, nada comparada con la mansión que dejaron en Culiacán, pero es suya, es segura, es libre.

Esa noche los cinco se sientan en la sala vacía sobre el piso de madera. No tienen muebles todavía. No tienen nada, excepto las dos maletas, pero están juntos, están vivos, están libres. Ramón mira a su familia. Sé que esto va a ser difícil. Se que extrañarán México. Sé que extrañarán su vida anterior, pero les prometo que vamos a estar bien. Vamos a construir algo nuevo, algo mejor, algo honesto.

Los primeros meses son duros. Ramón trabaja en un taller mecánico ganando $ canadienses por hora. Es una fracción de lo que ganaba antes, pero el dinero es limpio. Cada peso que gana no tiene sangre. Andrea aplica a la Universidad de Colombia Británica. Es aceptada con beca parcial. Usa parte del millón de pesos para pagar el resto. Miguel y Sofía ingresan a una escuela pública.

Al principio sufre con el inglés. Son burlados por su acento, lloran, quieren volver a México, pero gradualmente se adaptan, hacen amigos, aprenden el idioma, se vuelven canadienses. Lucía toma clases de inglés en un centro comunitario. Consigue trabajo como asistente en una clínica médica. La familia vive modestamente.

Rentan la casa pequeña, compran un coche usado, comen, ahorran cada dólar, pero duermen tranquilos, no tienen miedo, no miran sobre sus hombros, son libres. Pasan los años 2012, 2013, 2014. La familia Carson prospera lentamente. Andrea se graduó de medicina en 2015. Obtiene residencia en cirugía cardiovascular en el Vancouver General Hospital.

Miguel se graduó de preparatoria con honores. Recibe completa para estudiar ingeniería en la Universidad de Toronto. Sofía se enamora del hockey sobre hielo. Juega en el equipo de su escuela. Es buena, muy buena. recibe ofertas de equipos juveniles de élite. Ramón es promovido a supervisor en el taller mecánico. Gana 40 por hora. Lucía se convierte en administradora de la clínica.

Finalmente compran su casa, pequeña pero propia, con jardín donde Lucía planta rosas, con garaje donde Ramón trabaja en proyectos personales los fines de semana, con recuerdos nuevos que reemplazan lentamente los viejos, con paz que nunca tuvieron en México. 2016.

Ramón está en el garaje de su casa reparando el coche de un vecino cuando suena su teléfono celular. Es un número desconocido con código de área de México. Su corazón se detiene. Nadie en México debería tener este número. Nadie debería saber dónde está, contesta con mano temblorosa. Hola. Una voz familiar responde. Es Damián. Ramón. Perdón, Roberto. Necesitaba llamarte.

Necesitaba que supieras. Su voz suena cansada, triste. ¿Sabes qué? Pregunta Ramón. El jefe fue capturado hace tres días en los Mochis, operativo masivo, Marina, DEA, todo está en prisión de máxima seguridad. Lo van a extraditar a Estados Unidos. Ramón se sienta en el piso del garaje, el Chapo capturado, el hombre más poderoso de México, el hombre que le dio todo, el hombre que le dio la libertad. ¿Cómo estás tú? pregunta escondida.

Muchos están cayendo, muchos están huyendo. Es el fin de una era. Hace una pausa. Pero llamé para decirte que estás seguro. Tu nombre nunca estuvo en registros. Tu identidad nueva es sólida. Nadie sabe de ti. Nadie te busca. Puedes vivir tranquilo. Gracias por decirme, responde Ramón. Vas a estar bien. Damián ríe sin humor. Yo elegí este camino.

Sabía cómo terminaría, pero tú eliges diferente. Elegiste bien. Vive tu vida, hermano. Vive por los que no pudimos salir. La llamada termina. Ramón se queda sentado en el garaje por una hora. Piensa en aquella madrugada de febrero del 2006. Piensa en el hombre bajo con bigote que tocó su puerta.

Piensa en los 5 años que trabajó para él. Piensa en el dinero. Piensa en el miedo. Piensa en la decisión que tomó. Piensa en la vida que construyó después. Lucía lo encuentra ahí. Se sienta junto a él. ¿Estás bien? Pregunta. Estoy bien. Responde. Solo grabando. Solo agradeciendo. ¿Agradeciendo qué? Agradeciendo que elegimos la libertad.