EL MECÁNICO ayuda a El Chapo en la carretera sin saber quién es… Lo que recibe cambia TODO para…

Está llorando tan fuerte que apenas puede hablar. Papá. Papá, necesito ayuda, por favor. La voz de su hija suena destrozada, aterrorizada, rota. Ramón se siente como todo su cuerpo se congela. ¿Qué pasó? ¿Dónde estás? Andrea Solloyoza. Estoy en el hospital. Papá Miguel. Miguel tuvo un accidente. Un coche lo atropelló cuando salía de la escuela. Está en cirugía.

Los doctores dicen, dicen que necesita una operación de emergencia en la columna vertebral. Dicen que cuesta 200000 pesos y que si no la hacen en las próximas 6 horas puede quedar paralítico para siempre. El mundo de Ramón se derrumba. 200.000 pesos 6 horas. Su hijo de 14 años paralítico para siempre. Ramón corre al hospital. El hospital general de Culiacán huele a desinfectante y desesperación.

Encuentra a Andrea y Lucía en la sala de espera. Lucía está en shock mirando la pared con los ojos vacíos. Andrea tiene la cara hinchada de tanto llorar. Un doctor se acerca. Es joven, cansado, con manchas de sangre en la bata blanca. Señor Castillo, su hijo tiene una fractura severa en la vértebra lumbar 3.

Necesitamos operar inmediatamente para estabilizar la columna con placas de titanio. Sin la cirugía, los fragmentos de hueso pueden dañar permanentemente la médula espinal. Con la cirugía tiene 90% de probabilidad de recuperación completa. hace una pausa incómoda, pero el hospital requiere un depósito de 200,000 pesos antes de entrar a quirófano.

Es política institucional. Lo siento. Ramón revisa su cuenta bancaria en el teléfono. Tiene 32.000 pesos ahorrados. Es todo lo que tiene en el mundo. No es ni la quinta parte de lo que necesita. Llama a su hermano en Mazatlán. Puede prestar 20.000. Llama a su primo, otros 15.000. Llama al banco.

No califican para un préstamo de emergencia. Llama a casas de empeño. Pueden darle 30,000 por su camioneta, pero necesitan dos días para procesar el papeleo. No tiene dos días, tiene 6 horas. Cada minuto que pasa es un minuto donde su hijo puede quedar paralítico para siempre.

Ramón camina al baño del hospital, se encierra en un cubículo, saca su cartera con manos temblorosas, encuentra la tarjeta blanca en el compartimento escondido, el número de teléfono escrito a mano. Úsalo solo si realmente lo necesitas, pero cuando lo uses, la ayuda llegará. Marca el número, suena tres veces. Una voz masculina responde: “No es el hombre de traje negro de hace dos años.

Es otra voz más joven, profesional. ¿Quien habla? Ramón Traga saliva. Ramón Castillo, el mecánico. Me dieron este número hace dos años. Me dijeron que si alguna vez necesitaba ayuda, silencio al otro lado. Luego, espera. Pasan 30 segundos que se sienten como 30 años. Otra voz toma el teléfono. Esta voz Ramón la reconoce inmediatamente.

Es la voz tranquila pero firme del hombre que reparó su camioneta aquella madrugada de febrero. Ramón, el mecánico que trabaja a las 3 de la madrugada. ¿Qué necesitas? Ramón explica todo en tres soyozos. El accidente, la cirugía, los 200.000 pesos, las 6 horas, su hijo de 14 años. la posibilidad de parálisis permanente.