Los pasos correctos para unas uñas perfectas
Los cortaúñas son prácticos, pero es importante usarlos correctamente. Para evitar que las uñas se partan o se vuelvan quebradizas, es mejor cortarlas después de la ducha o el baño, cuando están más flexibles. Y sobre todo, ¡resiste la tentación de cortarte las cutículas! Es mejor empujarlas suavemente hacia atrás con un palito de cutículas después de ablandarlas con un poco de aceite o crema.
Para los niños pequeños, es fundamental tener cuidado. Las limas de uñas eléctricas para bebés son una excelente alternativa: permiten redondear suavemente los bordes sin riesgo de lastimar sus delicados dedos. Consejo: hazlo después de un baño caliente, cuando el bebé esté relajado... o incluso dormido.
Cuidar tus uñas también es cuidarte a ti mismo

Unas uñas bien cuidadas son como una sonrisa amable: marcan la diferencia. Forman parte de una rutina de bienestar holístico. Y aunque el cortaúñas es esencial, no olvides el resto: una dieta equilibrada, un cuidado suave de la piel y, sobre todo, la autocompasión. Nuestras pequeñas imperfecciones (crestas, irregularidades o uñas que crecen lentamente) son parte de nuestra identidad. Con un poco de atención, todo puede volverse naturalmente hermoso.
Algunas personas complementan su rutina con tratamientos herbales fortificantes o suplementos recomendados por un profesional de la salud. La clave está en la constancia y la delicadeza, porque unas uñas bonitas, al igual que una piel bonita, se cuidan día tras día.