Algunas personas se quejan de reflujo ácido o dolor abdominal después de beber la bebida sola por la mañana. Esta molestia puede evitarse fácilmente incorporándola a la dieta de otras maneras .
La mejor solución es añadir ajo a la comida (cocido o crudo, pero siempre con otros ingredientes) en lugar de comerlo en ayunas. Y si tienes el estómago sensible, elige ajo cocido, que es más suave.
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En caso de problemas digestivos, suspender su uso.

Se sabe que el ajo favorece la digestión… pero todo depende de la situación. En casos de tránsito intestinal acelerado (como diarrea o síndrome del intestino irritable), el ajo crudo puede ser más perjudicial que beneficioso. Su acción puede estimular los intestinos en momentos inoportunos, empeorando los síntomas.
El enfoque correcto: Durante los períodos de dificultades digestivas, es mejor limitar o suspender por completo el consumo de ajo crudo hasta que se restablezca el equilibrio digestivo.
Resumen: Todo se reduce al equilibrio.
El ajo sigue siendo un ingrediente maravilloso con numerosos beneficios, pero no es una "cura milagrosa ". Como siempre, la clave está en escuchar a tu cuerpo y adaptar tu dieta a tus necesidades individuales. Y si tienes alguna duda, una consulta rápida con tu médico te ayudará a tomar las decisiones correctas.
Incluso los mejores alimentos tienen sus limitaciones… pero cuando se usan correctamente, ¡pueden hacer maravillas!