1. Equilibra la flora digestiva
El orégano ayuda a combatir bacterias y parásitos dañinos, favoreciendo una digestión saludable y la absorción de nutrientes.
2. Protege las vías urinarias
Su suave efecto antibacteriano contribuye a la salud urinaria y ayuda a prevenir infecciones leves.
3. Fortalece el sistema inmunitario
El carvacrol puede ayudar a detener la replicación de ciertos virus, reforzando las defensas naturales del organismo.
4. Alivia las molestias articulares
Gracias a su poder antiinflamatorio, el orégano puede ayudar a reducir el dolor y la hinchazón en articulaciones y músculos.
5. Combate el crecimiento excesivo de levaduras
Inhibe de forma natural el crecimiento de Candida y otros hongos, manteniendo el equilibrio microbiano.
6. Ofrece protección antioxidante
Los antioxidantes del orégano ayudan a retrasar el envejecimiento celular y a reducir el estrés oxidativo, clave para la vitalidad a largo plazo.
Cómo incorporar el orégano a tu rutina
No necesitas ser un experto en hierbas para beneficiarte del orégano. Prueba estas sencillas maneras:
Té de orégano: Deja reposar de 1 a 2 cucharaditas de orégano seco o fresco en agua caliente durante 5 a 10 minutos. Bébelo tibio.
En las comidas: Espolvorea orégano seco o fresco sobre ensaladas, sopas, pizzas o salsas para realzar el sabor y el valor nutricional.
Aceite esencial (diluido):
Uso interno: Toma cápsulas de aceite de orégano o 1 gota diluida en una cucharadita de aceite de oliva bajo supervisión médica.
Uso externo: Mezcla unas gotas con un aceite portador para masajes; evita el contacto directo con piel sensible.
Precauciones y contraindicaciones
Evita las dosis altas durante el embarazo y la lactancia.
Consulta con un profesional de la salud si estás tomando anticoagulantes, medicamentos para la diabetes u otros tratamientos que puedan interactuar con el orégano.
Nunca ingieras ni apliques aceite esencial directamente sin la dilución adecuada y la supervisión de un experto.
Preguntas frecuentes