¿Por qué la CIA está interesada en esto?
A primera vista, este tipo de investigación parece alejada del ámbito habitual de los servicios de inteligencia. Sin embargo, la lógica es innegable: si la consciencia puede separarse del cuerpo, también puede acceder a información que trasciende las fronteras del tiempo y el espacio. Esto es lo que el programa denominó visión remota : agentes capaces de espiar lugares o eventos sin estar físicamente presentes. Las implicaciones son asombrosas. La consciencia se convierte en una herramienta de espionaje, manipulación y control.
Pero el documento va mucho más allá de la mera información. Afirma que la conciencia sobrevive a la muerte, que se transforma, que cambia su frecuencia vibratoria para reconectarse con el campo energético universal. En otras palabras, la muerte no es el fin, sino la transferencia del alma a otra realidad.
La muerte como transformación energética
El informe se basa en un principio fundamental de la física: la energía nunca desaparece, simplemente cambia de forma. Si la consciencia es un campo de energía, como sugiere la CIA, entonces no puede ser aniquilada. Cuando el cuerpo muere, la energía de la consciencia se desfasa, cambiando a una banda de frecuencia diferente.
Esta visión concuerda con las enseñanzas de las tradiciones antiguas. Egipcios, budistas, hindúes y filósofos herméticos ya han argumentado que la vida terrenal es solo una fase, una ilusión momentánea. El Libro Tibetano de los Muertos describe la muerte como una transición, similar al Proceso de Transición . Este conocimiento ancestral parece haber sido confirmado por la investigación moderna… y luego sistemáticamente suprimido.