Este documento secreto de la CIA revela exactamente qué sucede después de la muerte

La realidad es un holograma, la conciencia es un proyector.

Una de las suposiciones más inquietantes del   Proceso de Transición   es que la realidad misma es un holograma. Lo que percibimos como sólido, real y tangible es simplemente una proyección moldeada por la consciencia. Esta idea, que resuena tanto con las enseñanzas místicas como con algunas teorías de la física cuántica, altera radicalmente nuestra percepción del universo.

Si la realidad es una ilusión, la muerte es simplemente el fin de esa ilusión. Lo que algunos llaman "luz" al morir no sería una visión mística, sino un regreso a la fuente: a la consciencia pura. No se trata de una entidad externa, sino de ti mismo, de ti en tu forma más original. Esto es lo que describen innumerables experiencias cercanas a la muerte: la fusión con un campo de amor, conocimiento y paz infinitos, a menudo en compañía de guías, ancestros o de uno mismo en una forma superior.