Justo antes de la operación, el niño besó a su perro. Pero, de repente, el animal saltó de la cama y se abalanzó sobre uno de los médicos: el motivo de este sorprendente gesto dejó a todos helados.

Gracias a él, la historia tuvo un final feliz.

La operación se pospuso unos días. Cuando finalmente operaron al niño, todo salió a la perfección. Se recuperó bien y su salud mejoró.

Pero en todo el hospital, una cosa está en boca de todos:  sin Archie, ¿quién sabe qué podría haber pasado ese día?

Este perro no solo brindaba consuelo.  Percibió el peligro , protegió a su joven dueño y alertó a quienes podían intervenir.