Bebe un vaso de agua o té caliente lentamente, 10-15 minutos antes de empezar. Esto activará tus procesos internos y ayudará a activar los músculos necesarios con mayor rapidez. La clave es evitar comer durante una hora antes de la práctica. El estómago vacío es clave para una correcta activación abdominal.
¿Por qué funciona esto?
La práctica regular (¡la palabra clave es regular!) inicia un proceso que llamo lifting interno. Es decir, una reafirmación desde dentro. Te sentirás más ligero, con el abdomen plano por la mañana y activo y tonificado durante todo el día.
Tuve un cliente escéptico que declaró: «Prefiero hacer cien abdominales que quedarme tumbado y contraer los abdominales». Tres semanas después, él mismo admitió que, de todos los ejercicios, este era el más efectivo. Porque, por primera vez, sintió que su estómago no era solo una bolsa, sino un verdadero centro de control para su cuerpo.
Cuándo esperar los resultados
Si practicas a diario, evitas los refrigerios nocturnos y te dedicas al menos de 5 a 10 minutos, verás resultados enseguida. En tan solo 10 a 14 días, notarás una postura más erguida, un andar más seguro y un abdomen notablemente más firme.
Y dentro de un par de meses te despertarás por la mañana, te mirarás al espejo y no lo creerás.
Lo más importante es la disciplina.
No esperes milagros. Sí, el ejercicio es sencillo. Pero los resultados solo se consiguen con constancia. Sin excusas, sin empezar el lunes. Hazlo todos los días. 10 minutos, y tu cuerpo te lo agradecerá.
Recuerda: tu estómago no es solo una parte del cuerpo. Es tu centro de energía interior. Y una vez que aprendas a sentirlo y a conectar con él, todo cambiará. Desde tu postura hasta cómo te sientes.