Levantarse por la noche para orinar: lo que tu cuerpo intenta decirte

¿Te despiertas a las 2, 3 o incluso 4 de la madrugada con unas ganas irresistibles de orinar? Este acto aparentemente inofensivo puede revelar un desequilibrio silencioso en tu organismo. Y no, no tiene por qué estar relacionado con el último vaso de agua que bebiste antes de acostarte… Este fenómeno común, pero a menudo ignorado, puede alterar la calidad de tu sueño sin que te des cuenta. Aquí te contamos qué esconde y, lo que es más importante, cómo evitarlo.
Levantarse a orinar por la noche: no es tan normal como parece.

En realidad, nuestro cuerpo está diseñado para dormir de 7 a 8 horas seguidas, sin necesidad de orinar. Una hormona llamada ADH (hormona antidiurética), que se secreta durante la noche, cumple esta función: limita la producción de orina mientras dormimos.
Lea más en la página siguiente
. Pero el problema es que, cuando esta hormona se secreta incorrectamente o cuando nuestro sueño es demasiado ligero para entrar en la fase REM (sueño paradójico), el cuerpo deja de retener agua. El resultado: la vejiga te despierta… cuando deberías estar profundamente dormido.

El impacto invisible de la privación del sueño REM

La fase REM del sueño es esencial para el descanso nocturno. Durante esta fase, nuestro cerebro procesa la memoria, nuestro cuerpo se repara y se libera la hormona antidiurética (ADH). Si no se alcanza esta fase, se secreta menos ADH y se orina más. Es un círculo vicioso.
Como resultado, te despiertas cansado, tu concentración disminuye, tu estado de ánimo se resiente y tu vejiga no es lo único que sufre las consecuencias.

Tenga cuidado con el alcohol y la cafeína.

¿Uno de los enemigos más insidiosos del sueño reparador? El alcohol. Contrario a la creencia popular, no ayuda a dormir. Altera el ciclo del sueño e inhibe la producción de ADH, aumentando así la necesidad de orinar.

La cafeína y la nicotina también prolongan el tiempo necesario para conciliar el sueño y lo fragmentan.
Lea más en la página siguiente.
Un café por la tarde o una copa de vino por la noche pueden ser suficientes para interrumpir el sueño.

Lo que tu cuerpo puede estar tratando de decirte