La malva (Malva spp., especialmente Malva sylvestris y Malva parviflora) es una planta tradicional de patio y caminos rurales que muchas abuelas usaban “para todo lo que irrite”. Sus hojas redondeadas y sus pequeños frutos verdes con forma de “quesitos” concentran mucílagos, compuestos gelatinosos que calman, protegen y desinflaman tejidos. Por eso se ha mantenido por siglos como un remedio suave para garganta, estómago, piel y vías urinarias.
En este artículo encontrarás usos, enfermedades a las que ayuda, beneficios, propiedades, modo de uso y recetas detalladas (internas y externas), con indicaciones prácticas de duración y precauciones para usarla con seguridad.
Propiedades (recuadro rápido)
Propiedades clave de la malva
• Rica en mucílagos (polisacáridos): efecto emoliente, demulcente y protectivo de mucosas (garganta, estómago, intestino, vías urinarias).
• Antiinflamatoria suave: alivia irritaciones cutáneas y de mucosas.
• Expectorante y calmante de la tos: suaviza la faringe y fluidifica secreciones.
• Cicatrizante y emoliente tópico: mejora piel seca, dermatitis leves, irritaciones, picaduras.
• Ligeramente laxante: por su contenido en mucílagos y pectinas.
• Diurética moderada: promueve la eliminación de líquidos sin irritar.
• Antioxidantes (flavonoides y antocianinas como malvina): apoyo frente al estrés oxidativo.
• Minerales y vitaminas en hojas tiernas: calcio, potasio, magnesio; vitaminas A y C (cuando se consumen frescas o poco cocidas).