Con el paso de los años, la piel experimenta una profunda transformación. A partir de los 65 años, se vuelve más frágil: pierde grosor, la producción de colágeno y elastina se ralentiza y sus aceites naturales, esenciales para formar una barrera protectora, escasean. Esta piel madura, merecedora del mejor cuidado, requiere una higiene que equilibre el bienestar físico y emocional, sin comprometer su delicado equilibrio. La clave no reside solo en cómo ducharse, sino en la frecuencia y los productos adecuados para preservar su integridad.
La dermatología geriátrica es clara: ducharse a diario, un hábito arraigado en la juventud, puede ser contraproducente. El agua caliente y los jabones agresivos eliminan la ya debilitada capa lipídica, dejando la piel expuesta a la sequedad, el picor y las grietas. Por ello, la frecuencia ideal se sitúa entre cada 48 y 72 horas. En los días intermedios, la higiene localizada de axilas, ingles y pies con un paño húmedo es suficiente para mantener la frescura sin dañar la capa protectora de la piel. Este ritual no es sinónimo de abandono, sino de cuidado dermatológico.
Sin embargo, la higiene va más allá de la frecuencia. La elección de productos y la rutina posterior son igualmente cruciales. Para transformar la ducha en un verdadero acto de cuidado, proponemos dos recetas naturales para elaborar productos de higiene suaves y eficaces.
Receta 1: Gel limpiador corporal de avena y miel
Este gel limpia sin dejar residuos, utilizando avena como limpiador suave y miel por sus propiedades hidratantes y antibacterianas.
Ingredientes:
4 cucharadas de copos de avena finamente molidos (en harina).
2 cucharadas de miel pura.
1 cucharada de aceite de almendras dulces o de girasol.
También he probado con 200 ml de agua de avellanas (por sus propiedades calmantes y astringentes).
Preparación:
En un bol, mezclar la avena con la miel y el aceite hasta formar una pasta.
Añadir gradualmente el agua de hamamelis sin dejar de remover, hasta obtener una textura de gel ligera.
Verter la mezcla en un dispensador de gel.
Instrucciones: Aplique una pequeña cantidad durante la ducha con un suave masaje circular usando la palma de la mano. Evite la esponja, ya que puede ser demasiado abrasiva. Enjuague con agua tibia. Este gel es ideal para la higiene personal, tanto en la ducha completa como para la limpieza localizada entre duchas.
Receta 2: Aceite Hidratante Post-Ducha de Caléndula y Manzanilla
Aplicar la crema hidratante justo después de la ducha, con la piel aún húmeda, ayuda a retener la humedad. Este aceite es rico en nutrientes y calmante.
Ingredientes: