Ingredientes:
100 ml de aceite de girasol o de nuez de uva (ligero y de rápida absorción).
1 cucharada de aceite de caléndula (cicatrizante y antiinflamatorio).
1 cucharadita de aceite de manzanilla (calmante).
10 gotas de aceite esencial de lavanda (opcional, por su aroma relajante y propiedades antisépticas).
Preparación:
Combine todos los ingredientes en una botella de vidrio oscuro.
Remueva suavemente para mezclarlos bien.
Instrucciones: Inmediatamente después de secarse con la toalla (con suaves toques, sin frotar), aplique unas gotas de aceite en las manos y extiéndalo por todo el cuerpo con masajes suaves y prolongados, prestando especial atención a codos, rodillas y talones. Este ritual no solo hidrata profundamente, sino que también estimula la circulación y convierte el cuidado de la piel en un momento de autocuidado y bienestar.
Consejos para una rutina de higiene segura y completa:
La seguridad es primordial. Instalar barras de apoyo y alfombrillas antideslizantes en la ducha es una inversión en la autosuficiencia. Limitar el tiempo de ducha a 10 minutos con agua tibia y secar bien los pliegues de la piel para prevenir la aparición de hongos, completa un protocolo que protege la dermis, preserva la dignidad y fortalece la salud mental al fomentar la independencia y una sensación de bienestar. Cuidar la piel madura es un acto de respeto hacia toda una vida de experiencias.