“¡NO TE MUEVAS!”, Judío Sin Hogar Salvó A Una Policía Mujer Tras Ver Algo Impactante En La Calle…

El problema, explicó Benjamin, es que necesitan eliminar a los últimos testigos antes de firmar el contrato el viernes. Tú eras uno de ellos, pero como sobreviviste al atentado, ahora están desesperados. Sara sintió un escalofrío recorriendo su espina dorsal. ¿Quiénes son los otros testigos? Solo hay una persona más viva que puede conectar los crímenes del pasado con los actuales”, dijo Benjamin con gravedad.

El contable que procesó las transacciones originales hace 16 años está escondido en una casa segura, pero intentarán matarlo esta noche. Entonces tenemos que protegerlo, ¿no?, dijo Benjamin con voz fría y calculadora. Tenemos que dejar que lo intenten. Sara lo miró con horror. ¿Estás sugiriendo que utilicemos a un hombre inocente como Cebo? Estoy sugiriendo que seas inteligente al respecto, replicó Benjamin.

Estaremos allí para protegerlo, pero también para filmar toda la operación. Cuando envíen a asesinos profesionales para silenciar al último testigo, tendremos pruebas definitivas de conspiración para cometer asesinato. La propuesta era arriesgada y moralmente cuestionable, pero Sara se dio cuenta de que podría ser la única forma de sacar a la luz toda la red de corrupción. Benjamin tenía razón.

Necesitaban pruebas irrefutables, no solo documentos antiguos y grabaciones de conversaciones. “Hay algo que debes saber”, dijo Benjamin vacilante. “El contable me conoce. Trabajábamos juntos en la investigación original antes de que lo perdiera todo. Cuando mataron a mi hija, yo me culpé por no haber protegido a las personas que me ayudaron. se vio obligado a esconderse por culpa de mis acciones.

Sara vio el dolor genuino en los ojos de Benjamin. Este hombre había cargado con un terrible peso de culpa durante años, viviendo en las calles no solo porque lo había perdido todo, sino porque se sentía responsable del sufrimiento de personas inocentes. ¿Cómo se llama?, preguntó Sara con delicadeza. Samuel Rot. Ahora tiene 68 años.

vive solo y probablemente me odia por haberle arruinado la vida. Benjamin hizo una pausa luchando contra la emoción. Pero confía en ti, Sara. Tu padre le salvó la vida a Samuel una vez cuando descubrieron que había un contrato por su cabeza. Samuel nunca olvidó esa deuda. Sara se dio cuenta de que las piezas del rompecabezas finalmente encajaban.

Su padre no era solo una víctima, sino que había formado parte de una red de personas valientes que intentaban sacar a la luz la corrupción. Y ahora, 16 años después, ella y Benjamin tenían la oportunidad de terminar lo que David Martínez había empezado. ¿Dónde se esconde Samuel?, preguntó ella.

En un apartamento seguro en el barrio judío, protegido por dos guardaespaldas que no saben que uno de ellos está siendo pagado por Blackstone para matarlo esta noche. Benjamin la miró directamente a los ojos. Sara, una vez que empecemos esto, no hay vuelta atrás. Intentarán matarnos a cualquier precio. Sara pensó en su padre, en Rebeca, la hija que Benjamin había perdido, en Samuel Roth, que llevaba 16 años viviendo con miedo.

Algunas batallas merecían la pena. “Entonces acabemos con esto”, dijo ella con determinación. por mi padre, por su hija y por todas las personas a las que han silenciado. Benjamin asintió respetuosamente. Por primera vez en años no estaba luchando solo.

Y por primera vez desde la muerte de su padre, Sara sentía que estaba haciendo exactamente lo que David Martínez habría hecho. Luchar por la justicia sin importar el costo personal. La trampa estaba tendida. Solo quedaba por ver si ellos serían los cazadores o si se convertirían en las próximas víctimas. A las 9:30 de la noche, Sara y Benjamin estaban apostados en un edificio abandonado con vistas directas al apartamento de Samuel Rot.

Benjamin había montado un equipo de vigilancia improvisado pero eficaz, cámaras con zoom, grabadoras de largo alcance e incluso un transmisor conectado directamente al teléfono de Sara para enviar todo en tiempo real a un servidor seguro. “Movimiento”, murmuró Benjamin ajustando el enfoque de la cámara. Uno de los guardaespaldas acaba de salir a comprar cigarrillos tal y como estaba previsto. Sara observó a través de los prismáticos. En el apartamento solo quedaba un guardaespaldas.

Marcus, el hombre que Benjamin había identificado como traidor. Dentro, Samuel Roth leía tranquilamente un libro ajeno al peligro inminente. Dos furgonetas negras se acercan, informó Sara. Al menos seis hombres armados. Ahora dijo Benjamin activando todos los equipos de grabación. A ver cómo explica Web esto en el tribunal.

Los asesinos profesionales se movieron con precisión militar. En cuestión de minutos habían rodeado el edificio, neutralizado silenciosamente a Marcus, que claramente no esperaba ser traicionado por sus propios empleadores, y subían las escaleras hacia el apartamento de Samuel. Sara sujetó firmemente su arma.