Reflexiones finales:
No necesitas un auto nuevo para conducir de forma más segura.
A veces, las mejores mejoras ya están incorporadas; solo necesitas saber cómo usarlas.
Así que la próxima vez que te abroches el cinturón...
haz una pausa.
Mira ese pequeño botón.
Presiónalo.
Ajusta la correa.
Porque la verdadera seguridad no se trata de aparatos.
Se trata de usar lo que tienes, de forma inteligente, cómoda y siempre.
¿ Y ese tipo de conciencia?
Podría salvarte la vida.
