Para salvar a su familia, una joven se casó con un anciano que siempre ocultaba su rostro bajo una máscara, pero durante su noche de bodas, cuando el hombre se quitó la máscara, la joven gritó horrorizada.

Para salvar a su familia, una joven se casó con un anciano que siempre ocultaba su rostro tras un velo, pero en su noche de bodas, cuando el hombre se quitó el velo, la joven gritó horrorizada. 

Todo comenzó aquella noche cuando su padre, pálido y confundido, dijo en voz baja:

"Nos desalojarán de nuestra casa si no pagamos la deuda".

Papá, ¿nos queda dinero?

—No... Lo gasté todo en la medicina de tu madre. Sé cómo vamos a salir de esta, pero...

"¿Qué? Dime, papá. Haré lo que sea."

"Mi jefe está dispuesto a pagar nuestra deuda y cubrir el tratamiento completo de su madre, pero ella tiene una... extraña enfermedad".

"¿Qué?"

"Tienes que casarte con él."

¿Te refieres a ese anciano extraño que usa una máscara y un sombrero en todas partes?

"Sí."

"...Estoy de acuerdo. La familia es más importante para mí."

La boda fue modesta, sin invitados, como si se tratara más de un negocio que de una celebración. La joven cruzó el umbral del lujoso palacio al que la llevaban y sintió una opresión en el pecho.

Ahora ella era la esposa de un hombre al que nunca había visto realmente.

En su noche de bodas, su esposo la invitó a su habitación. Había velas encendidas en la mesa, música suave, vino en la mesa; todo parecía demasiado romántico para su extraña unión.