¿Por qué ya no deberías verter agua hirviendo en el fregadero?

Después de cocinar pasta o arroz, todos tenemos el mismo reflejo: verter el agua hirviendo directamente por el fregadero. Rápido, práctico… ¡pero no tan inocuo como parece! Esta acción cotidiana, que muchos consideran inocua, podría causar daños ocultos en las tuberías e incluso afectar al medio ambiente. Entonces, ¿deberíamos cambiar nuestros hábitos? Vale la pena considerar la respuesta.

Tuberías puestas a prueba

Cuando vertemos agua muy caliente por el fregadero, rara vez pensamos en las consecuencias para nuestras tuberías. Sin embargo, el calor extremo no está exento de consecuencias. La mayoría de las tuberías domésticas, especialmente las de PVC, no están diseñadas para soportar temperaturas tan altas. Como resultado, con el tiempo, pueden ablandarse, deformarse o incluso agrietarse.

Y eso no es todo. Esta deformación, invisible a simple vista, puede crear pequeñas fugas que, con el tiempo, se convierten en verdaderos problemas de impermeabilización. En otras palabras, esta simple acción puede resultar muy costosa en reparaciones.

La trampa de residuos y bloqueos

Otro efecto inesperado: el agua hirviendo a veces puede favorecer la acumulación de sedimentos. Bajo la influencia del calor, la grasa y los restos de comida se derriten y se solidifican de nuevo al enfriarse, adhiriéndose a las paredes de las tuberías. Gradualmente, estos depósitos se endurecen y forman obstrucciones persistentes, lo que reduce el flujo de agua y requiere una limpieza profesional de desagües.