Todos sabemos que la herencia no es un tema que hablemos con facilidad tomando un café. Preferimos posponerlo, convencidos de que "todavía tenemos tiempo". Sin embargo, planificar con antelación puede ahorrarles a nuestros seres queridos complicaciones y gastos importantes. Recientemente, un notario compartió una edad ideal para transferir bienes a los hijos, preservando la armonía familiar. ¿Cuándo es el momento adecuado para empezar? ¿Y cómo podemos hacerlo con fluidez, claridad y tranquilidad? Lo explicaremos todo paso a paso.
¿Por qué pensar en la transmisión antes de lo que creemos?

Al convertirse en padre, y luego en abuelo, la cuestión de la herencia adquiere una nueva dimensión. Ya no se piensa solo en el valor de un bien, sino también en el impacto que tendrá en las generaciones futuras. Sin una planificación previa, la ley dicta la distribución, lo que puede generar desacuerdos, pero también costos significativos.
Planificar con antelación no se trata de prepararse para lo peor; se trata de brindar un marco simple y tranquilizador a quienes más importan. Y según muchos profesionales, es mejor no esperar a la vejez para empezar a pensar en ello.
La edad recomendada según un notario: entre 61 y 71 años

Según Mathieu Fontaine, notario y profesor, la edad ideal para organizar la transmisión de un inmueble es entre los 61 y los 71 años. ¿Por qué este período específico? Porque las personas generalmente conocen su estilo de vida, sus recursos, sus necesidades reales y cómo desean mantener a su familia.