3. El Legado Oculto de un “Héroe”
“¿No sabes nada, verdad?”, preguntó María, luego de un momento.
Alejandro negó con la cabeza. “Papá murió con honores. Todos lo veneran, pero tú desapareciste como si te hubiera tragado la tierra.”
María desvió la mirada. “Jorge, tu padre no era el hombre que todos creían, ni la empresa. Todo era una máscara. ”
El corazón de Alejandro se detuvo. “¿Qué estás diciendo?”
“Yo lo descubrí por accidente. Entré a su despacho y había dejado el cajón abierto. Ahí estaba todo: listas, depósitos, nombres, rutas, montos. Jorge usaba Grupo Ramírez para lavar dinero del cártel de la costa .”
Alejandro se levantó de golpe. “¡Eso es imposible! Mi padre fue presidente de la Cámara de Comercio. Tenía reuniones con la ONU…”
“Precisamente por eso nadie sospechaba. Era perfecto para ocultarlo todo. No solo lavaba dinero, utilizaba la red logística de la empresa para transportar cosas que jamás declaraban.”
“¿Y tú cómo lo supiste todo?”
“Lo enfrenté. Le dije que si no paraba, lo iba a denunciar. Me abofeteó. La única vez en mi vida que lo vi con ojos de asesino. Esa noche me encerró en casa. Luego llegaron los mensajes anónimos: 'Sabemos dónde estudia Esteban. A tu hijo mayor no lo cuida nadie.' Tenían fotos, sabían todo.”
“Por eso huiste.”
“Quería salvarlos. Si denunciaba, los mataban. Fingí que iba a caminar, pero tomé un taxi, rompí mis tarjetas, me escondí. Sobreviví comiendo lo que encontraba hasta que llegué aquí. Y nunca pensé en regresar. ”
“¿Y quién te protegió?”
“ Luis. Él me protegió. Es solo un niño, pero tiene más valor que muchos adultos.”
Alejandro la miró. No sabía qué dolía más, el pasado que no conocía o la verdad que había vivido en silencio
Esa misma semana, Alejandro volvió a su oficina en Polanco. Se encerró a escarvar. Día y noche revisó archivos, contratos, transacciones. Todo estaba bien maquillado, pero debajo, el hedor era el mismo que había sentido en el basurero.
Entre los nombres que más aparecían, uno destacaba: Rodrigo Fuentes , el mejor amigo de su padre, socio fundador, padrino de bautizo de Esteban. Ahora era el hombre que firmaba todos los contratos sospechosos.
4. La Traición y el Despertar